224.- Sutil belleza



Descubriendo los valles te escucho
aprendiendo a qué se debe su sutil belleza...
Se debe a que lo acaricia la mar mientras emana aguas cristalinas de sus entrañas
creando diminutos paraísos de aguas turquesas
 
y seres desnudos en él.

Que más que un rincón de hadas,
es el lugar perfecto para los aquelarres, 
pues un lugar tan bello haría creer hasta el más escéptico, siendo el lugar idóneo donde invocar cualquier causa... 

Pero también puedes dejar que el frescor te invada, o que el sonido del agua te estremezca, o te bese...

Y al mirar hoy los valles y su peculiares líneas,
viajo a su interior con los ojos cerrados,
sabiendo que a sus pies podría habitar
como podría hacerlo en su cumbre...


Y hoy en solitario, 
recorro desde donde lo pisa la mar,
hasta donde, con pudor, la niebla lo cubre.


Y el ave blanca que lo cruza, se realza por la oscuridad que al valle le obliga el día, 

perfilando su silueta.

Las olas juegan entre sus dedos en forma de acantilados, y yo,
sueño con volver a ese rincón 

de hojas y brotes de agua... 


© Mar Muñoz *Lluna*